domingo, 5 de mayo de 2013

Bacterias, virus y troyanos.-

Desde el momento del nacimiento estamos sometidos al ataque de infinidad de microbios patógenos causantes de enfermedades que, pululando a nuestro alrededor, nos invaden con derecho a la supervivencia y nuestro cuerpo, necesita de la inmunidad necesaria para fagocitarlos. En muchas ocasiones se supera la dolencia porque la cantidad de individuos malévolos es inferior a nuestra capacidad de eliminación, pero cuando esto no sucede, la batalla interna final conduce a un fatal resultado.
Circulando con mi camioneta fantástica por las carreteras de la provincia, a la salida de Torre de Embesora en dirección a Villar de Canes antes de llegar al barranco, un buen día apareció una estructura rara de madera; en medio, había un barrilito que hacía las funciones de buzón y cuando los amigos del turismo rural de interior de Castellón organizaron un curso de formación al que había sido invitado, conocí a los atentos titulares del Molí Colomer del Jardín Mediterráneo, Tere y Miguel Angel Cámara Cortés.
Con el propósito de organizar el turismo celestial y precisando de la persona más cualificada del sector, a finales de enero nuestro autodidáctico amigo Miguel Angel, acreditado su gran profesionalidad en la Tierra, fue llamado por Dios ante su presencia por requerir sus servicios para los Clientes del Cielo, por lo que muy a pesar de quienes le apreciamos, nos dejó llevándose tras de si su alta experiencia. Sus amigos, entre los que me honra y complace pertenecer, nos quedamos con su consideración y conocimientos compartidos en el transcurso de su intensa aunque corta vida.
En el momento del sepelio, coincidía con Nuri y sus ojos delataban anormalidad, por lo que me permití el interesarme sobre su estado de salud y me explicó que no queriendo reconocerlo, andaba por el arcén del mismo camino, aunque por el momento, con mejores esperanzas.
Por alguna razón incomprensible, este artículo no fue publicado hace tres meses y desgraciadamente dos meses después, Nuri también nos ha dejado. Y es que Dios, siempre elige a los mejores.