martes, 9 de octubre de 2018

El arte de gobernar como un Ford T.-

En el año 1922 mis abuelos Vicenta Ortí Ferreres y Julián Segarra Ferreres, se arriesgaron a comprar su primer vehículo motorizado para el transporte del aguardiente y por 3500 pesetas compraron un chasis de Ford T con la oposición de su padre y suegro el tío Quico que decía: Eso es como un reloj y cuando se averíe, no habrá quien lo repare. Pero con sus conocimientos de herrero y en colaboración de su hermano Rosendo que era carpintero, lo carrozaron, convirtiendo el vehículo en lo que hoy se conoce como pickup, que le permitía transportar un barril de carga a la velocidad de un Torpedo, aunque en realidad la T significa que en su construcción, Henry Ford empleaba el ocurrente sistema en la organización del trabajo fruto del estudioso Frederick Winslow Taylor.
Aquel vehículo negro de ruedas de goma macizas y rayos de madera, llantas de acero y suspensión de ballesta transversal, tenía el asiento del conductor encima del depósito de la gasolina que, a falta de gasolineras, se la llevaban los transportistas de carro a tracción animal desde Castellón de La Plana en cajas de madera cortada con colas de milano y con dos latas de 19 litros. En el volante del motor estaba ubicada la magneto encargada de la producción de la electricidad para el encendido de las bujías ya que el arranque del motor, se accionaba manualmente con una manivela delantera. A veces, uno de los alambres que sujetaban los imanes, se cortaba y produciendo un cortocircuito, se paraba el motor, por lo que con unos alicates de punta que aún conservo, desde la ventana de bloque, debía ser retirado para poder continuar la marcha. En una ocasión, circulando por la carretera de La Jana a Canet lo Roig de tan solo 6 Km., un cojo con muletas a pie le adelantó 9 veces y mi abuelo comentaba: Ford significaba Fabricación Ordinaria Reparación Diaria. Era un vehículo con la particularidad de tener tres pedales, el de la izquierda que era el de las dos marchas, 1ª (apretando), P.M. y 2ª (soltando), el pedal de la derecha con el que se accionaba el freno que solo frenaba en las ruedas traseras y el pedal del centro que era para la marcha atrás (apretando) y marcha adelante (soltando), de ahí que recordando las películas de Stan Laurel y Norvell Hardy, el vehículo funciona ante la cámara cinematográfica hacia delante y hacia atrás repetidamente hasta que inicia el recorrido hacia adelante cuando se deja de pisotear adecuadamente el pedal central.
Después de un siglo desde la puesta en circulación por las carreteras del vehículo Ford T, en mi condición de español residente en el Reino de España, disfruto de un Gobierno del tipo Ford, entendido que pretende funcionar como una banda de aprendices musicandos haciendo sonar sus instrumentos sin dirección ni partitura pero con sus Fórmulas Ocurrentes Rectificadas Desconcertadamente a cada exposición publicitada y seguidamente reparada según la opinión del lector de los medios de difusión, aunque mantengo la confianza que finalmente, algún día, cuando se deje de pisotear el pedal central del salario, el ahorro, las finanzas, los bienes y en definitiva la riqueza, saldré disparado de la recesión económica que me toca sufrir con sus incongruentes normativas como un T de torpedo, hacia adelante y sin rebufo para que no se me queme el bigote porque, el retroceso, muy a pesar mío, ya lo estoy padeciendo.

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