martes, 17 de enero de 2012

El bienestar del aumento de la deuda.-

Aunque mi memoria histórica anda un tanto confundida, tan solo hace unos años las entidades bancarias ofrecían unos intereses más elevados que los rendimientos de las actividades económicas por lo que solo las personas pillinas aprovecharon para transformar su patrimonio en dinero y obtener mejores rendimientos que quienes se esforzaban por trabajar.
Debiose constipar la gallina de los huevos de oro porque en un tiempo muy corto, el negocio de la ociosidad dejó de ser lucrativo pero como aún habían pocos espabilados y muchos currantes, las cabezas pensantes decidieron tomar el camino de la especulación. Los usureros florecieron a sus anchas y todos presumían de hacer negocios e inversiones con dinero ajeno o prestado.
Pero el dinero también vale dinero y la deuda se ha incrementado hasta niveles impensables o imaginables y de desaconsejable superación, por lo que de momento disfrutamos de un supuesto bienestar ficticio que solo es imagen o fachada ya que detrás arrastramos el tren de los débitos sin que nadie decida pensar en empezar pagar.

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