martes, 10 de febrero de 2009

El azucar, conservante alimentario.-

Una vez recolectada la remolacha y almacenada a resguardo, se procede a su lavado y sometiéndola a un proceso de triturado, se obtiene una pasta de melaza a la que se añade el agua necesaria para extraer la sacarosa por disolución. Después de clarificada y refinada, por evaporación conseguiremos la cristalización que, tras el secado y envasado, podemos adquirir en el comercio con el nombre de azúcar.
Se trata de un disacárido formado por una molécula de glucosa y otra de fructosa, lo que permite que gracias al fermento digestivo de la maltasa, pueda romperse la molécula con facilidad para ser digerida en nuestro estómago y a través de las vellosidades intestinales, absorberse por la sangre.
Todos hemos observado al paso del tiempo como el azúcar siempre conserva sus cualidades y la mezcla del mismo con un alimento, permite su conservación por tiempo indefinido, por ello, después de la lluvias de finales de verano, cuando el clima se mejora por unos días y maduran los membrillos, preparamos solo con el azúcar, el famoso dulce de membrillo para todo el año.

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