domingo, 1 de febrero de 2009

El turismo, un negocio de aventura.-

Cuando me levanto por la mañana, abro la ventana y veo los árboles sin hojas, nunca entiendo la razón del por qué con la llegada de los fríos vientos invernales del norte, se vuelan todas por la calle y se amontonan entre los recovecos de las paredes, tal vez guarden relación con aquel comentario de mi abuelo Julián Segarra Ferreres cuando decía que la ventaja de transportar a los músicos de La Salzadella estaba en que las personas se cargaban y descargaban solas.
Cíclicamente aparecen las inclemencias meteorológicas y se produce una limpieza general, de tal suerte que en el árbol del comercio desaparecen algunas de las flores que nunca llegarían a madurar y hojas que no facilitan la función clorofílica, porque sus comerciantes, no viven ni sienten sus oficios en la sangre que corre por sus venas y permiten, si tienen algún cliente bueno, cederlo a los demás comerciantes que lo son de verdad, para que lo aprovechen.
Los aventureros del comercio que buscan acreditar ser analfabetos en su profesión, publicitan incomprensiblemente sus negocios, artículos y servicios para expansión e imagen comercial en épocas de esplendor y bonanza lo que sirve para lo mismo que no hacerlo igualmente en las ferias internacionales durante los tiempos de crisis y recesión.

1 comentario:

Odette - Art Rustic dijo...

El turismo es sin duda una aventura divertida. En el medio rural, más todavía, la constante despoblación que sufren nuestros pueblos nos ha ido acostumbrando a ver desfilar por ellos a cuatro gatos, con los que la conversación se limita a hablar del clima...
Con el turismo rural estos cuatro gatos se convierten en seis. Algo es algo. Si encima consumen nuestros productos ( y no me refiero a los souvenirs made in China), pués todo ayuda.
El gran atractivo de Chert siempre ha sido la Destilería Segarra.También sus bellos parajes naturales: la cantera de mármol, El Molinar o el Turmell con su población de cabras hispánicas, hoy en día, su estado es lamentable.
Nuestro pueblo todavía no ha apostado por el turismo, pero tiempo al tiempo. En 10 años la reducción demográfica será notable, la cuenta atrás ya ha comenzado.
Es cierto, el turismo está en constante cambio, pero con una formación contínua, es superable. El conocer gentes de otras culturas a mi modo de ver, lo más gratificante y si traen "divisas" mejor que mejor.