En pleno siglo XXI, con todos los avances tecnológicos, la evolución alcanzada y la sapiencia generacional acumulada, no hay quien entienda el fenómeno social del turismo rural. Y no es porque no existan lugares pintorescos a los que poder visitar y admirar, sino porque en la mayoría de los casos, las cosas aparentemente más sencillas, estando a nuestro alcance, no somos conscientes de disfrutarlas.
Por razones de trabajo, ayer tarde me acerqué a casa de Dª. Odette y el Sr. Joan que estaban ensimismados con sus obligaciones cotidianas y tras despachar los asuntos de mi visita, Dª. Odette me ha obsequiado con un trozo de coca de tomate que acaba de elaborar en el horno de la cocina de su casa y otro de sabrosísima manzana que no lo digo.
Como plato complementario a la hora de cenar, me comí el par de riquísimos trozos de coca y especialmente la de tomate, estaba de muerte, seguro que he cometido el pecado mortal de gula que, por no tener propósito de enmienda, no entiendo la razón de confesarme porque no se me puede perdonar. Ahora comprendo las ventajas de ser turista y disfrutar del turismo rural.
3144- INQUIETUDES CABANENSES.
Hace 8 meses