Vivimos en un país y en una época que al parecer todo vale. Se pueden chismorrear toda clase de comentarios inciertos para convertirse en aparentemente el más docto en el tema de la habladuría porque, al parecer, los receptores de tales vocablos, deben ser unos ignorantes que creen por cierto las mentiras que se cuentan.
Algún personaje ocurrente, por tener plantado un jornal de tierra con cepas (tres jornales son una hectárea), lamenta conseguir producir dos mil kilos de uva menos por las condiciones climatológicas anuales y su sapiencia, le permiten confundir el mildiu con el oidium, de tal suerte que, este año sus cepas han producido cinco kilos menos de uva y eso que aclara las está regando.
Y para colmo de recochineo, vendimia, prensa, fermenta y a los veinte días ya dispone de vino apto para ser bebido porque supongo utiliza un formula uno, obteniendo además de forma incomprensible un vino dulce. Es cierto y no me lo parece, que hay quien ha visto mucha televisión porque este tipo de aventura es de película, pertenece al colectivo de los labradores que en el motor del tractor en lugar de caballos tienen yeguas.
3144- INQUIETUDES CABANENSES.
Hace 8 meses