sábado, 19 de noviembre de 2011

Llover un dia sin colegio.-

Durante todo el verano al levantarme, he comprobado como la mitad de las luces de las farolas del pueblo estaban apagadas. Un buen día me asomé a la calle al acostarme y observé como solo la mitad de las farolas del pueblo de Chert estaban encendidas. No se trataba de un dispositivo electrónico de alta tecnología de vanguardia el que controlaba el sistema, sino que para evitar un derroche innecesario de consumo de energía eléctrica, el Consistorio Municipal decidió reducir a la mitad la luminosidad callejera por estimarse harto suficiente.
Hoy me he percatado que en la calle Santa Isabel Reina de Hungría se ha cambiado la placa indicativa, siendo sustituida la de granito o mármol natural allí existente, por otra de cerámica con filigranas valencianas. Es evidente que cada cual tiene sus manías incurables por la medicina y aunque nuestras decisiones afectan al resto de los vecinos con los que convivimos, no siempre pueden ser bien recibidas o efusivamente aplaudidas.
Chert es un pueblo de picapedreros perdido entre las montañas del Maestrazgo que, por razones históricas, como vecino, me siento más unido a los pueblos del delta del río Ebro que a los valencianos de las inmediaciones de Valencia del Cid y aunque en su día también fuimos alfareros, con las cerámicas valencianas necesitaré tiempo para acostumbrarme porque de repente, es que no me identifico.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Una CV-13 con pendiente o interes bancario.-

Por alguna inexplicable razón imaginé el Aeropuerto del Maestrazgo-Castellón en el borde norte del Maestrazgo en lugar del sur. Tal vez porque ello nos favorecería con una buena vía de comunicación por carretera hasta la capital de la provincia a todos los vecinos que vivimos en los pueblos del norte de la misma y aprovechando que los romanos hace algún tiempo trazaron la Vía Augusta por su itinerario, tampoco era una lucubración incoherente.
De momento, disponemos de una autovía desde Sagunto hasta Cabanes y a poco que se descuiden los desplazados hacia el norte, nos vemos metidos en la CV-13 para salir a la N-340 en Torreblanca. Los vecinos del oeste de las Atalayas de Alcalá, desconocemos el trazado de la CV-13 por carecer de nuestro interés aunque, esta semana en lugar de viajar desde Alcocebre a Castellón de La Plana por la N-340 y evitar las limitaciones de velocidad en su itinerario hasta Oropesa del Mar, en Torreblanca tomé la decisión de tomar de CV-13 y rodar como un turista por la carretera del interior.
Menuda errónea sorpresa desde el mismísimo acceso. Las montañas obligan a un trazado con una pendiente del 5% para continuar por un llano interserrado y seguir con otro tramo del 5% hasta el Aeropuerto, aunque en este segundo caso, con doble carril de subida aprovechado por los vehículos lentos. Vivimos en el siglo XXI y no podemos congratularnos por la construcción de semejantes carreteras con este tipo de vías de circulación en doble sentido de marcha y en este tipo de orografía, porque si en lugar de camiones con potentes motores circulara la furgoneta de SEGARRA con su semiremolque, debería hacerlo con tracción a las cuatro ruedas y marcha reducida obstaculizando la normal circulación del resto de los vehículos.