Recuerdo de mi época estudiantil cuando los Sres. Maestros repartían las calificaciones escolares en la que casi nadie aprobaba en los exámenes y los compañeros, se acercaban a felicitar a quien por haber obtenido la excelente calificación de un tres sobre diez, sabiendo que estaba suspendido era la mejor de la clase.
Muchas horas docentes y de biblioteca recopilando múltiple información para aprender algo que a la postre, nos permitía obtener el anhelado suficiente y además, nos instruía en el difícil caminar de la vida para saber que el éxito y la permanencia no se consigue con la sola presencia, sino con el esfuerzo diario y la imaginación aplicada.
Cuando hablas con los abuelos, hoy todos los nietos obtienen matrículas de honor en todas las asignaturas o realizan masteres allá lejos, pero con las redes sociales del Internet, puedes darte una idea del nivel cultural de quienes la componen; si pasamos por los espacios web, nos encontramos con contenidos que nos recuerdan haberlos leído idénticos en otros lugares. Y es que el esfuerzo que representa el copiar los textos de los demás, bien merece una medalla fabricada con la tapa de una lata de hojalata vacía y oxidada.
3144- INQUIETUDES CABANENSES.
Hace 8 meses