Me parece que nadie en su sano juicio abre un negocio para pagar impuestos, sino más bien para obtener beneficios, lo que ocurre en este mundo que nos ha tocado vivir, es que cuando se obtienen beneficios, lo primero es pagar los impuestos por haberlos obtenido y solo con el dinero sobrante, puedes hacer lo que te plazca.
Durante muchos años debimos satisfacer la obligación del pago de la llamada cuota cameral por los rendimientos de nuestras actividades económicas comerciales sumando los rendimientos de las actividades agrícolas y aunque por ley no fuese procedente, debimos acudir a los tribunales para aclarar la interpretación del texto legal y ahora que nace el derecho a no ser obligado, me entero de las ventajas de pertenecer al club cameral.
Aceptando como cierto que algo más de la mitad de las empresas castellonenses no pagan o pagan menos de 20 euros, que no es lo mismo, tampoco hay que preocuparse excesivamente si renuncian al efecto multiplicador de beneficios que gracias a las Cámara de Comercio y a sus personas altamente cualificadas, obtienen las pymes por dejarse ayudar. En este próximo ejercicio que acabamos de estrenar, sabremos de su imprescindibilidad como órgano consultivo y de asesoramiento encargado de identificar las necesidades de las pymes y proponiendo las medidas para su mejora competitiva, ejerciendo de eje vertebrador de la sociedad civil en este tiempo en el que muchos negocios cierran por la imposibilidad de obtener los imprescindibles ingresos adinerados.
3144- INQUIETUDES CABANENSES.
Hace 8 meses
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