domingo, 27 de febrero de 2011

La crisis de quejarse por dar lastima.-

En un documental de la televisión sobre la vida salvaje, aparecían unos listos osos plantados tranquilamente en unas rocas en medio de un río con la boca abierta y unas tontas truchas que pretendiendo superar el desnivel, se esforzaban en saltar desde el agua a contracorriente para colarse directamente en las bocas de los osos.
El festín era de tal magnitud que, durante los días que duró el esfuerzo de las pequeñas truchas por acercarse a desovar en el lugar elegido, los grandotes osos se lo pasaron pipa, pero ... se acabó lo que se daba y la crisis truchera obligó a buscarse la vida a cada uno de los listos, inteligentes o pillines descomunales osos.
Se respira en el enrarecido ambiente contaminado del consumismo favorecido por las multinacionales, como un entorno generalizado de psicosis colectiva que obliga a empezar a pensar en comer patata porque el pollo, al parecer, se está acabando y como no reduzcamos nuestro nivel de gasto, léase despilfarro, valorando lo superfluo y lo necesario, cada día que pasa lo vamos a tener más claro.

1 comentario:

asunción dijo...

El que vivió con el método de la estupidez cúbica (la estupidez de la estupidez de la estupidez)que consiste en gastar el dinero que uno no tiene para comprar lo que uno no necesita y así agradar a aquellos que a uno no le importan, sin valorar lo que tenía, renunciar a lo innecesario y conformarse con lo esencial, ya no puede valorar nada. Está pillado.