Por lo que se comenta en la calle, solo en el ejercicio de 2.011 los españoles pedimos una financiación de 90.000,000.000 euros, estoy hablando de tan solo quince millones de millones de pesetas y no voy a escribir la cantidad de los quince billones en cifra porque el tren de ceros no cabe en el papel. Eso significa que gastamos por encima de nuestras posibilidades un dinero que algún incauto nos prestó de sus ahorros para que nosotros lo disfrutásemos.
Es sabido por lógica que nuestro acreedor no quiere un trozo del país, ni los ríos, ni los montes, sino el pago de los intereses pactados y tampoco está dispuesto a seguir prestando más dinero porque como descubra nuestra insolvencia, nos va a cortar el flujo de capital imposibilitando mantener nuestro estado de gasto o bienestar ficticio.
Ante esta situación tan inesperada, el margen de actividad es muy reducido, o encontramos inmediatamente a alguien que se deje engañar o empezamos a pensar en como reducir nuestros gastos, pagar los intereses y devolver el capital prestado, trabajando más y especialmente en labores de producción para crear riqueza.
3144- INQUIETUDES CABANENSES.
Hace 7 meses
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