Dicen por la calle que a mayor velocidad, la gasolina se consume más deprisa y cuando se acaba el depósito, o lo llenamos, o empujamos, o nos quedamos parados. Tal vez sin percatarnos, esto sea lo que nos ha sucedido cuando, durante treinta años hemos acelerado excesivamente el motor laboral para ahora disfrutar felizmente por la satisfacción del trabajo realizado.
En este tiempo, se nos ha castigado con la expresión competitividad, llegando a interpretarla como sinónimo de barato, cuando en realidad se estaba hablando de rivalizar por el logro del fin de despertar el interés de compra de una cosa parecida en ciertas características a otra auténtica, pero aprovechando la ignorancia del consumidor.
Dado que la economía es saber distinguir lo superfluo de lo necesario, en el marco económico actual que nos ha tocado vivir, necesitamos administrar convenientemente los bienes más que estudiar la producción en el sistema, o los rendimientos de los factores productivos.
3144- INQUIETUDES CABANENSES.
Hace 7 meses
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