Llevo unos días un tanto cañero y sin quererlo, puedo estar dejando mal sabor de boca a algún lector de este blog que por otro lado, al margen de mi consideración más distinguida, no es mi intención faltar al respeto a nadie, lo que ocurre es que las cosas son como son y una vez pasado por un lugar, no podemos despasar para cambiar lo que no nos agrade, aunque si podemos intentar mejorar nuestra actitud para no repetir el mismo comportamiento especialmente cuando afecta a otras personas.
Al elaborar un licor como los que llevan adherida una etiqueta de la marca SEGARRA y pretendo ser el mejor en mi oficio, no puedo descuidar el proceso de la destilación y tampoco debo permitirme ciertas libertades pensando que nadie se va a enterar si cometo algún desliz, mi valía como persona cuidadosa y mi voluntad en conseguir elaborar lo mejor de entre lo mejor técnicamente posible, no lo permiten.
Si hablo o escribo de la crema de café SEGARRA, es perder el tiempo, se necesita que uno mismo la pruebe, por lo menos una vez en la vida, para saber de lo que hablo o escribo. Y hablando de probar y no de aprobar, ¿quién se apunta a una visita cultural? ..., de las del 4'9, con derecho a repetir y sin fecha de caducidad.
3144- INQUIETUDES CABANENSES.
Hace 8 meses
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